Jane y Alec Vulturi

Jane y Alec Vulturi

jueves, 31 de diciembre de 2009

Capitulo 2

Volterra, Italia. Época Actual.


-¡¡Odio a Isabella Cullen!!- Grité - Viste como se presumía a sí misma, Alec? Lo viste? Cómo quisiera haber traspasado su escudo...-
-Lo siento -Respondió Alec- Pero no deberías ponerte así, cada vampiro tiene sus poderes y..- No termino la frase, porque ya habiamos traspasado la puerta que dio a la pequeña recepcion, donde se encontraba Gianna.

-Buenas Noches, Jane, Alec.- Nos dijo en señal de bienvenida. Alec le respondió amablemente un 'Buenas Noches Gianna', Y yo no le hice caso, tenía demasia ira dentro mío, ¿Cómo osaba esa neófita a humillarme de aquel modo?, No tenía consuelo alguno, ya que, ella protegió a todos, incluso a los lobos. Aunque...
No terminé mis pensamientos, porque sentí que ya mis pies no estaban en la tierra, sentía una paz interior...pero no oía, olía nada. Me tranquilicé y dije:
- Alec, basta.-
-Te tranquilizaste?- Preguntó, inseguro - No quiero despertar mañana y ver que Félix, Demetri y tú no están.-
-No haré nada, te lo prometo.-
-Ni a esa niña medio inmortal que vimos, Reneesme. Me fije que tu viste qué importante era para Edward y toda su familia.
-No lo haré.- Me costaba hablar, ya que el poder de Alec resultaba empalagoso, y te daban ganas de estar con eso todo el día, pero quería recuperar el hilo de mis pensamientos.
Cuandó su poder me dejó, Alec dejó que me tranquilizara, y luego, me sonrió.
- Jane, debes controlar tu ira, enserio, no es para tanto que utilice su poder para proteger a su familia.-
-Si, pero...- Puse una carita de arrepentimiento total, ya que sabía que Alec se sentía culpable si yo me sentía desdichada, y agregué - Siento que me humilló, Alec, y no me gusta.-
- Oh, Jane...- Sabía que iba a caer - Tu poder, al igual que el mío, son los más poderosos que Aro, Cayo, o Marco hayan visto, según ellos, y, si nuestros poderes y nuestra madurez para usarlos no fueran lo que son ahora, ¿Tú crees que nos harían herederos de su trono?
-No...Bueno ya vale, vale.- Suspiré - Estoy mejor.
Nos abrazamos y entramos al salón, donde se encontraban Aro y Cayo, claro, además de Demetri, Felix y Renata (obviamente, nunca se separaba de Aro)
Parecía que discutían.

-Me hubiera parecido mas prudente deshacernos de aquella criatura, y de aquellos metamorfos en forma de lobos- Espetó Cayo
- Creo..que en parte tienes razon - Observo Aro - Pero, ¿Te imaginas si la hubieramos matado enfrente de...Diecisiete vampiros, a los cuales Chelsea, nisiquiera podia destruir sus lazos de amistad? - Cayo se quedó callado, asi que Aro prosiguió - Además, me gustaría verla como se desenvuelve en este mundo, No te compliques, Cayo, ella no era como aquellos niños inmortales, ella podia controlarse, asi que no hay problema, y, con Carlisle en su familia, se que todo irá bien.- Al vernos, sus facciones se recompusieron hasta formar una sonrisa y nos dió la bienvenida.

-Jane, querida, Joven Alec, ¿Dónde se habian metido? Iba a enviar a Demetri a buscarlos.
-Fuí a calmar a Jane- Contestó Alec. Solté un suspiro muy grande por su respuesta, cosa que notó Cayo, y preguntó:
-Qué pasa Jane? Desde que llegaste de Washington has estado...- Y sus ojos vacilaron - enojada. -Finalizó. Como no respondí nada Aro extendió su mano.
-Puedo?-
-Claro, amo.- Dije. No hacía falta esconder nada. Luego de unos minutos, solto mi mano y me miró con tristeza.
- Jane, querida...- Parecía que estaba escogiendo las palabras - No debes enojarte por eso, dejamos viva a la hija de Bella y Edward Cullen porque quiero ver como lleva la vida de niña medio inmortal. Tampoco tienes que enojarte por el poder de Bella; Sí, su poder es fuerte, a pesar de ser una simple neófita - El cómo la nombro me hizo sonreir - Ademas...Reneesme tiene un poder curioso...eso te explicara Alec. - Eso me sorprendió - Por eso tengo una curiosidad tremenda sobre eso. Y, era suicida iniciar una pelea allí.-
-Lo sé maestro...- Y con una sonrisa amable le dije - ¿Puedo retirarme, maestro? ¿Y puede ir Alec conmigo?-
- Claro Jane, pero no se alejen.

Nos retiramos otra sala, vacía, al parecer, Alec estaba confuso por mi extraña petición, y, por que no había estado en ese cuarto nunca. Era de color lavanda, y olía a rosas. El suelo era de madera, y aunque parecía viejo, no crujía. Habian dos sillones de cuero negro en un rincón. En una de las paredes, había una gran ventana que daba al bosque, y se encontraba ahi tambien la luna.
-¿Dóde estamos? Pregunto mi hermano
-Este es un lugar que halle la otra vez.-
-No sabía que te dabas a exploradora-
- ¬¬
-Ja,ja, bueno, bueno, vale, hermanita.
Nos sentamos, y, cómo no aguantaba las ganas de preguntarle algo, me puse un poco ansiosa, y claro, tenía que ser mi hermano, ya que lo notó.
-Que te pasa, mi Jane?-
-¿Que poder tiene...Reneesme?-Inquirí, un poco nerviosa.Alec me miró con expresion seria y burlona y me dijo:
- Puede transmitirte lo que ella esta pensando, aunque solo con contacto fisico.- Debía admitirlo, estaba decepcionada.
-Nada mas?-
-Nada mas.-
-Pero...¿Por que Aro habla de ella con tanta...curiosidad?
-Sabes cómo es Aro, le gustan los poderes extraños.-
Reí y le di la razón. Me acomode y lo abraze a mi hermano.
-Gracias-Le dije, mirando a la luna.
-De que?-Pregunto Alec
-Eres el unico que me puede tranquilizar como lo hiciste hace rato.- y Añadi - Te quiero, Alec.-
Él sonrió y me respondió - Yo también te quiero hermana...Espero que encuentres a alguien que te haga sentir tan segura como yo, y que lo quieras...-No acabó la frase, por que yo gruñí, el sabia muy bien que odiaba tocar ese tema.
-Alec, tu sabes perfectamente, y estoy segura, de que el amor no llegará a mi, claro que a ti sí, hermano, pero dudo que alguien me aguante, tal como soy, y, por ahora prefiero concentrarme en otras cosas, que no tengan que ver con mis sentimientos.- Alec me miro, y en su cara se distinguian perfectamente la pena, angustia y dolor. A el le dolia que yo tenga un aversión al 'amor'.
- A ti de verdad que te afecto el día que nos convirtieron, ¿verdad?
-No es eso...me encanta ser una vampiro, pero, ¿Por que nuestros padres no se opusieron a que..nos..hayan quemado..vivos?!Tu viste como se prepararo Bella y los Cullen a defender a Reneesme, ella nunca hubiera dejado que les suceda algo a su hija..-. Alec se vio afectado por lo que dije.
-Esos tiempos...eran diferentes a los de ahora, ademas, Bella tiene una mentalidad diferente a lo que eran la de nuestros padres. Lo único que podemos hacer ahora es perdonarlos por haber hecho eso.-
-No lo haré-
-Lo intentaste? Ponte en su lugar, tenian hijos, ¿Los harian dejado sin padres?, No, claro que no. Yo los perdoné, porque sé que cuidaron a nuestos hermanos, y muy bien, y se que les dolió habernos perdido.-
-Cómo lo sabes?-
-Simplemente....lo se.- Respondió Alec, Mirando hacia la nada.
No quise hablar más, lo abrazé, y el me tomo muy fuerte de la mano, no queria pensar en mis..padres, Alec era el unico que me hacia sentir segura, y pensar en ellos me ponia muy frágil. Nos quedamos a ver pasar la noche en aquella habitacion, donde la luna era testigo de que mi apariencia de chica fuerte...era solo apariencia.





miércoles, 30 de diciembre de 2009

Capítulo 1

Tiempos de la Inquisición.





-'Voy a morir'- Pensé. La verdad, preferiría morir si eso salvaba a mi hermano, pero no. Simplemente, Si hubiera una forma...



-Jane, vamos!!!- Gritó Alec. Preferiría que me deje, pero..

En ese momento Alguien agarró a Alec por el brazo, y en un segundo, un par de hombres fueron a ayudar al otro. En mi desesperación, intenté concentrarme, para que mi poder fluyera, pero una mujer me agarró por el pelo, y parloteaba un montón de palabras que no entendía, Un hombre vino a ayudar a esa mujer a llevarme a mi y a mi hermano de donde nos escapamos. Busqué a mi hermano con la mirada, ''Dónde estaba?'', me preguntaba, en eso, lo vi, estaba gritandole un montón de cosas a aquellos individuos que ya alistaban una hoguera.

-'Una hoguera?. Acaso nos tomaban por brujos?. Debe haber un error.'' Pensaba, confusa.

Mi hermano me miraba con expresión aterrorizada, al parecer, mis pensamientos eran ciertos, nos iban a quemar.

-''Con qué propósito? Que les pasa?- No podia articular palabra, tenia miedo, mucho miedo.

En ese instante, una mujer, creo que era la misma que me atrapó, me decia bruja, y me golpeaba. -''Que les pasa a todos?''- Observé a Alec -''¡¡No, no!!''-Lo que le hacian era peor, no podia soportar esto. -''Mátenme a mi''- Suplicaba.

Me llevaron al centro de la hoguera, junto a mi hermano, mucha gente se había reunido allí. Alec intentaba salir de las cuerdas, pero era imposible.



Alec me agarró de mi mano. Me susurró un ''Te quiero''. Yo simplemente tome su mano con fuerza, estaba aterrada.

Un hombre, que parecía que era el sacerdote, encendió la hoguera.



Todo el mundo gritaba cosas, Y las llamas comenzaron a arder más. Me quemaban mis pies, mis piernas, Alec y yo gritábamos de dolor. Cerré los ojos.



De un momento a otro, sentí que ya no estaba en el fuego. Todas mis heridas me ardían intensamente, sabía que no iba a sobrevivir. Pensé en mi hermano, ''Donde estaría?'' ''Estaría sintiendo lo mismo que yo?''

Sentí que me llevaron a una cama, todo olía...diferente, a sàndalo, rosas, y algo más, igual, no traté en averiguarlo. Lo único que mi mente suplicaba era ''Donde está Alec?''



Un hombre me dijo que harían todo para salvarnos, a mi y a mi hermano, me dijo en lo que me iba a convertir, a pesar del dolor, estaba consternada ''Vampiro?''.



Sentí que algo me mordió en el cuello. De pronto, todas las heridas que me ardían hasta entonces, fueron opacadas por este dolor, mas intenso y fuerte que los demás. Preferiría morir a seguir sientiendo eso, me retorcía y gritaba. -''Mi hermano estará pasando por lo que yo estoy pasando ahora?''- Un grito que no se de donde provenía me hizo pensar que sí. Deje de retorcerme, entonces, los miles de cuchillos que tenía por todo el cuerpo, se suavizaron un poco. Tampco quise gritar, temía que mi hermano me escuchara e hiciera algo. No me movi, no hice ni dije nada. Un hombre, que no era el que me salvó de las llamas a juzgar porsu voz, pregunto si el veneno me salvó. Al parecer, era raro de que yo me haya quedado quieta.

A veces, tenía la tentación de moverme, pero resistía.

Al cabo de un lapso de tiempo, el dolor ya no sentía en mi mis muñecas ni tobillos. - ''Qué bien'' pense. El hombre que me rescató dijo algo sobre que la transformación ya casi terminaba. Sentí que el dolor ya no estaba en mis extremidades, por lo que me sentía un poco mas libre. Despues de unos minutos, la transformacion, había cesado.



No quise abrir los ojos, quería quedarme con esa sensacion de paz que se apoderaba de mi, pero pense en Alec, asi que abri mis ojos, dispuesta buscarlo, pero me detuve, ya que mis ojos...no parecian mis ojos, todo lo veía con...no, nunca me adaptaria a esto..era..tan..hermoso. No habia otra forma de explicarlo. Lo podía ver todo. Absolutamente todo.



-Bienvenida.- Me dijo un hombre. Reconocí la voz, era aquel que salvo a mi y a mi hermano. Ese hombre era alto, piel increíblemente palida, pero aun así se veia suave.., el cabello oscuro largo, llevado hacia atras, de facciones un poco juguetonas, aunque ahora mismo estaba medio serio y burlón. Pero lo quemás definia a aquel hombre, era sus ojos, rojos, como el carmín.

- Me llamo Aro- exclamo -Y tu eres mi querida Jane. Jane, tú, ahora eres un vampiro, y...

-Mi hermano también lo es?- tuve el valor de preguntar, aquel hombre me inspiraba confianza.

-Claro que si, Jane- Me dijo con una sonrisa. - Jane, te hemos covertido en vampiro, por que, principalmente, no podíamos dejarte morir a caua de aquellos humanos ignorantes, simplemente no podíamos. - Me alegraba que alguien piense lo mismo que yo, respecto a los humanos. - Y, otra de las causas, es que, la verdad, tienes poderes extraordinarios.

-Cómo?- Lo que dijo me pilló desprevenida.

-Si, Jane, eras una humana con un gran potencial para ser vampiro, eso lo descubrio uno de nuestos guardias.

-...Y mi hermano?-

-Claro que el también es especial, es por eso que pusimos especial interés por ustedes, por que sabiamos que serian excelentes vampiros.

-Podría ver a mi hermano?-

-Claro.-

Dio ordenes para qe los traigan, parece que Aro era el lider, y vi a Alec, el estaba acompañado de un hombre igual de alto que Aro, facciones un poco mas duras, el cabello rubio, muy rubio, y los ojos, rojos, rojisimos. Pero mi hermano no era la excepcion, Alec tambien tenia los ojos rojos, pero se veia..hermoso. Sus cara estaba un poco mas relajada, Su cabello se veia sedoso y brillante, igual que su sonrisa, cuando éste me vio, al parecer, el tambien estaba pensando lo mismo que yo habia pensado de el.



-Cayo le explicaste a Alec?- Pregunto, al parecer el tipo rubio se llamaba Cayo, y tambien parecia que ejercia un poder, aunque no en su total igualidad, que Aro.

-Claro que si. Pero ahora deberiamos esperar a Marco para explicarle sus poderes.-

-Esta bien- Dijo Aro, y luego, dirigiendose a nosotros exclamo -Podrian acompañarnos, mis queridos Jane y Alec?-

Asentimos con la cabeza, Alec me tomo de la mano y seguimos a Cayo y a Aro.



Llegamos a un gran salon. En el centro, lo que mas destacaba eran tres sillas, que parecian pertenecer a los que mandaban aqui, en una de las sillas habia un hombre, Alto, como Aro y Cayo, de expresiones duras, y aburrida, podria decirse, el pelo negro al igual que Aro, aunque no lo tenia para atras.



-Marco- Exclamo Aro - Pense que seria mejor que le explicásemos entre los tres, te parece?-

-Claro-Dijo aquel hombre - Sera un gusto-

Se sentaron en aquelas sillas, que parecian hechas de oro, eran hermosas. Aro se sento en el centro, Marco ala izquierda y Cayo a la derecha.



- Veran, Alec y Jane, el hecho de que los convirtamos en vamos, era por sus poderes, como dije antes, Jane, querida mia, tu tienes un poder bastante curioso...-

-Ah si?- Respondi -Cual es?-

-Veras, en terminos simples, tienes el don de inflingir dolor con tu mente.

Alec me miro, impresionado.

-Y yo?- Pregunto Alec

-Tu, Alec, tienes un fantástico poder...Puedes bloquear los cinco sentidos de una persona, y no solo de una, de varias a la vez, en cambio tu, Jane, eres capaz deinglingir un dolor gran´disimo, pero solo a una persona.